Me resultó tan simpática la historia de este maratonista rosarino que en 1932 trae una medalla de oro olímpica, que la comparto.
Una de las primeras leyendas argentinas en llevar la bandera
celeste y blanca a lo más alto fue Juan Carlos Zabala, maratonista y gran
campeón en su especialidad en los Juegos Olímpicos de 1932 donde obtiene un
récord muy recordado en todos los tiempos.
El Ñandú Criollo, le decían. Nació en Rosario el 11 de
octubre de 1911. Por la ausencia de sus padres, Juan Carlos se crió en un
reformatorio de Marcos Paz, y allí su entrenador -Alejandro Stirling-
mencionaba su habilidad para los deportes y las largas distancias que recorrió
de niño, que en el futuro le brindarían excelentes resultados.
Stirling vio sus cualidades y comenzó a
prepararlo para la competencias, primero locales, luego regionales y más tarde
mundiales. Antes de partir a competir en Europa ganó los 10.000 metros del
Sudamericano, con un récord de 31 minutos 19 segundos, en lo que significó la
inauguración de la pista de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires en 1931.
Una vez instalado en el Viejo Continente, Juan Carlos se dio
el gusto de correr en Berlín junto al crack del momento, el finlandés Paavo
Nurmi. Luego de una carrera intensa y emotiva, el Ñandú Criollo perdió por una
cabeza ante un atleta que nunca había sido puesto a prueba de esa manera.
Al año siguiente Zabala se tomaría revancha y ganaría el oro
en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, consagrándose como el mejor del planeta
y flameando la bandera argentina en lo más alto. reDe todos los grandes del
atletismo nacional, Juan Carlos Zabala fue el pionero y el más respetado por
los grandes.
Fuente: El ñandú criolloEra un personaje chaplinesco, travieso y atrevido. Las anécdotas son
muchísimas.
1)Ya desde el reformatorio donde se crió se cuenta que a los doce años se
realizó en Marcos Paz un torneo con la participación de los atletas más
destacados de la época. Iban a correrse 1.500 metros y él se paseaba
altanero, presumiendo de ganarle a todos.
-Andá, quitáte los pantalones largos y que te den unos
cortos. Vas a correr contra ellos -le sentenció un celador de apellido Quiroga.
Con una mezcla de estupor y de alegría, Zabala acató la orden. Apenas tenía 12
años y debía vérselas con muchachones de veinte. Pero no se achicó y salió al
frente. En la tercera vuelta a la pista, lo perdió de vista a Mariani, el
crédito ‘foráneo’. Las burlas que se gastó, le valieron la promesa de una
paliza y la orden de intervenir en otra prueba de 800 metros, que habría de
correrse de inmediato: ‘Pensaban que me achicaría… ¡Qué va! Si lo que siempre
me sobró fue el «alma torera», recordaba después.Y corrió… Y le ganó nada menos
que a Acosta, quien luego llegaría a ser campeón sudamericano.
2) Intervino en un torneo Primavera, organizado por el club
de Gimnasia y Esgrima, ganando sucesivamente los 1.500 metros, 3.000 y 5.000
metros. De la primera prueba fue descalificado por ‘actitud antirreglamentaria’
(al pasar a un rival, se permitió el desenfado de tocarle el… fondo de la
espalda). Ante este hecho y antes de largase los 3.000, el delegado José
Lambierto le hizo prometer portarse bien.
-Me costaba más eso, que ganar la carrera -dice Zabala-.
Porque yo al deporte me lo tomaba en broma. Me divertía saber que ganaba,
mientras que otros vivían preocupados por la misma causa.
3) En 1931 corre contra el mismo Paavo Nurmi que venía desde
mucho tiempo atrás asombrando al mundo atlético.
Están colocados para largar, Stirling le había enseñado las
palabras previas al tiro de largada, en alemán. Era cuanto sabía. En las gradas
el público lo seguía mirando, llevándose el pulgar a la boca, a manera de
chupete, para demostrarle la impresión infantil que daba su presencia,
parado entre Nurmi y el sueco Calzon, a quienes apenas les llegaba al pecho.
Gritó el starter las palabras de orden y antes del tiro, Zabala se adelanta. Le
anotan una salida en falso, pero él estrecha la mano de sus rivales, uno a
uno.
-Me anotaron una en falso, sí. Stirling (su entrenador) se moría de nervios.
Pero más nerviosos estuvieron quienes iban a correr en contra mío, al ver la
tranquilidad con que procedí a saludarlos…(díganme si esto no es propio de
Chaplín)
4)Al faltar dos vueltas, estaba al lado de Nurmi;
-El gigante me miró -dice Zabala-. Y como yo no sabía
ninguna palabra en su idioma,me puse a hacerle muecas y a sacarle la lengua.
Fue tanta la rabia que le dio, que estrelló contra el suelo el reloj que
llevaba en la mano, para cronometrarse. Mi objetivo estaba logrado. El
atleta más flemático del mundo, estaba nervioso…
Fuente: revista Todo es Historia, nº 22 de febrero de 1969.
Encontré esta foto histórica en la revista publicada por el diario La Nación por sus 75 años de vida
1870- 4 de enero - 1945 y es "En una rápida incursión por los dominios del deporte", donde destaca una telefotografía recibida el 8 de agosto de 1932 cuando Zavala trasponía, vencedor la meta en la maratón olímpica disputada en Los Ängeles.
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