Si me ves cansado fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer camino.
Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo.
Ven a recordarme como es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.
Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.
Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que no hemos visto.
Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida plena,
y todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso, y que un nuevo empeño,
nos lleva a la forma de no ser vencidos.
Que el árbol se dobla, se agita, estremece,
deshoja y retoña, pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante
es aquel que cubre nuestro pie extendido.
Siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo.
Y dime SE PUEDE e insiste, SE PUEDE,
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Qué tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y, tal vez, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Qué la unión es triunfo
cuando hombro con hombro vamos,
¡sí SE PUEDE!, con el mismo brío.
Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio.
Que abriré otro rumbo porque SÍ he creído,
que siempre SE PUEDE... SE PUEDE, mi amigo.
(autor anónimo)
3 may 2009
Si me ves vencido
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