Noto que los argentinos estamos como viviendo una pesadilla y esperando ese día que sea diferente, que nos miremos diferentes y que podamos renovar esperanzas. Chico Buarque lo dice muy bien:
Un día él llegó de un modo diferente del que acostumbraba llegar.
Y la miró de un modo más ardiente del que siempre acostumbraba a mirar.
Y no maldijo la vida tanto como acostumbraba a murmurar.
Y susurrando un canto harto ya de espanto le propuso ir a caminar.
Entonces ella se puso tan linda como hacía tiempo no intentaba más,
Con su vestido blanco escotado que olía a guardado de tanto esperar.
Después ellos se dieron las manos como hacía tiempo no se usaba más.
Y llenos de ternura y de gracia fueron a la plaza para poderse abrazar.
Y allí bailaron tanta danza que la vecindad toda despertó.
Y fue tanta la felicidad que toda la ciudad se iluminó.
Y fueron tantos besos locos.
Tantos gritos roncos, de esos que no se oían más, que el mundo comprendió.
Y el día amaneció en paz
30 jul 2009
Un canto harto ya de espanto
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 5:38 p.m.
Etiquetas: Chico Huarque
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario