10 oct 2009

Qué vayan a probar su fuerza en el extranjero!!!



La ley que establecía la pena de destierro para aquellos políticos que fueran encontrados culpables de acumular un exceso de poder fue promulgada por la Asamblea ateniense cuando se acabó con la tiranía de Prisístato y de su hijo Hipias, a finales del s.VIa.C.
Esa condena de destierro se realizaba mediante votación. En ésta se empleaba un curioso tipo de papeleta: un trozo de vasija de barro. Una vez al año se planteaba, en una sesión ordinaria de la Asamblea. Los ciudadanos grababan , con cualquier objeto punzante, el nombre del que consideraban merecedor del castigo. Para la condena se necesitaban 6.000 votos, aproximadamente los dos tercios del censo de ciudadanos (politat).
Aristóteles, explica en su Política la justificación de la oportunidad de este tipo de medidas: “Un punto igualmente importante en la democracia y en la oligarquía, en una palabra, en todo gobierno, es cuidar de que no surja en el Estado alguna superioridad desproporcionada... Porque el poder es corruptor y no todos los hombres son capaces de mantenerse puros en medio de la prosperidad... Es, sobre todo, por medio de las leyes como conviene evitar la formación de estas personalidades temibles, que se apoyan ya en la gran riqueza, ya en las fuerzas de un partido numeroso. Cuando no se ha podido impedir su formación, es preciso trabajar para que vayan a probar sus fuerzas al extranjero...”