No creo en el destino porque el destino tiene algo de mágico, de aleatorio, de condenatorio que no nos permitiría decidir nada de nuestra vida, pero creo en una forma genética de ser que nos indica qué se toma y qué se tira, qué se elige y eso es lo que vamos pasando de generación en generación. Lo que nos hace bien y lo que nos hace mal.
De repente uno se encuentra que el camino elegido no es el correcto, que algo anda mal, ya sea en la vida privada o en la pública y ahí es el momento en el que sí creo y es que cada uno puede hacer un cambio, un aporte en las formas de elegir, si toma conciencia que está en sus manos ayudar a las generaciones futuras.
Escuché una experiencia de la gente que trabaja en Red Solidaria con Juan Carr donde agrupando una serie de jóvenes con problemáticas diferentes los pusieron frente al rol de ser agentes de cambio y procurar la construcción de un hogar, para ello salieron a pedir ladrillos, baldosas, parrillas viejas de asado, etc y juntos realizaron un lugar donde el piso es un collage por la diversidad conseguida, las rejas de la escalera fueron realizadas por ellos mismos que aprendieron a soldar y soldaron las parrilas de asado y en vez de ser los que recibían limosnas eran los que procuraban el cambio. Ése es el cambio mental que nos debemos y por el que todos tendremos que trabajar.
Parafraseando a Pichon Riviere curar los vicios genéticos lo lograremos adjudicándonos un rol nuevo: el de agente de cambio y transformándonos, cada uno de nosotros, en el elemento de cambio.
24 abr 2010
Nuestro rol de "agentes de cambio"
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 3:00 p.m.
Etiquetas: agentes de cambio, Juan Carr, nuestro rol, red solidaria
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