7 jul 2010

El problema de la corrupción es que no se combate



A los ciudadanos comunes nos cuesta entender cuál es el manejo corrupto, más allá de los hechos puntuales que se señalan.
La factibilidad de que un gobierno que nace débil se vuelva corrupto es muy grande porque logra el poder político, pero no lo tiene dentro de la sociedad civil. Entonces, como sabe que está en peligro frente a los poderes dominantes de la sociedad civil, intenta atraerlos y el único medio que tiene es la asignación de grandes contratos a las grandes empresas, A DEDO. Esto se llama tráfico de influencias, walpolismo. De los contratos que se hacen a dedo no se sabe mucho porque lo que asoma es un 1% de indiscreción y denuncia de corrupción, pero el sistema ha funcionado por la connivencia del poder político con la clase económica dominante.
En base a este concepto darle dinero a una Comuna, a un Municipio a una Provincia A DEDO ya es corrupción. Darle a un puntero político ya es corrupción.
Renegociar contratos sin la intervención del Parlamento, manejar los subsidios, las regalías con la apariencia de legalidad por la Ley de Emergencia Económica u otra que le cuadre, invitan a pensar en el uso arbitrario de los fondos del Estado.
La embajada paralela no es un delito pero el tráfico de influencias para vender a Venezuela (independientemente que no se puedan probar las coimas) no es corrupción?.
El problema no es que haya corrupción, el problema es que no se combate y que se instala en el ideario popular la normalidad del hecho.
La corrupción no es un fenómeno individual, es un fenómeno social que nos afecta a todos

Fuente: García-Trevijano Forte, Antonio

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