Probablemente en su pueblo se les recordará
como cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.
Probablemente que todo eso debe ser verdad,
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quién sirven cuando alzan las banderas.
Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.
Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verles fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.
Juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es del otro si algo les sale mal.
Y como quien en la cosa, nada tiene que perder.
Pulsan la alarma y rompen las promesas
No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños.
Nos niegan a todos el pan y la paz.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.
La mezquindad política que estamos viendo es insuperable, la lucha de intereses política, la dejadez durante tantos años del problema de la inserción de tanta gente
algún día iba a explotar y están apareciendo las primeras chispas que causan muertes.
Lógicamente entre esos políticos y yo, hay algo personal. Y sin dudas, a vos te sucede lo mismo.
10 dic 2010
Juegan con cosas que no tienen repuesto
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:26 a.m.
Etiquetas: Algo personal, Joan Manuel Serrat, Stella Maris Coniglio, utopias argentinas
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