4 may 2011

Si no se ve el cadáver no se confirma una muerte

En el Evangelio cuando al apóstol Tomás se le anuncia la resurrección de Jesús, se niega a admitirla: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos, y meto mi mano en su costado, no creeré." Ocho días después, Tomás toca con sus propias manos las heridas de Jesús en las manos y en su costado. Jesús le recrimina haber necesitado ver para creer.
Como curiosidad les cuento que encontré una empresa funeraria colombiana que ofrece el servicio de “Acompañamiento Virtual en el Ritual de Velación...", que se pueda acompañar por Internet. Una directora de la compañía apunta: "Ayuda a la elaboración de duelos, uno entra a la realidad cuando ve a la persona fallecida, si yo no lo veo yo todavía no soy consciente de esa pérdida", apuntó su directora Aida Luz Molina.
Aunque la idea se enfoca sobre todo para aquellos familiares que viven en el extranjero, también ayuda a quienes están viviendo en la misma ciudad pero no pueden acercarse por motivos de salud.
En México este tipo de servicio sirve como medida de seguridad para evitar los ataques de los carteles de la droga contra las familias reunidas en un funeral, pero en Medellín no es el caso.
Pero de cualquier manera la gente quiere confirmar una muerte, le es necesario para su elaboración.
Sin embargo, recordaba haber leído en “Sobre héroes y tumbas” de Ernesto Sábato su magistral relato de aquel ejército que decidió continuar con el cadáver de Juan Lavalle, aún a riesgo de su propia vida, para que éste no cayera en manos de Oribe pero ya “medio Jujuy” había visto al muerto.
Cadáveres que no se muestran, cadáveres como el de Evita que se oculta por años, cadáveres que no se entregan al enemigo existen en situaciones de guerra, de luchas intestinas y no es bueno para la salud mental de un pueblo.

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