La ciudad de Rosario es parte de la historia de "Marco, de los Apeninos a los Andes", un relato de ficción incluido por Edmundo de Amicis en su novela "Corazón", publicada en 1886.
Marco, un niño genovés de 13 años viene a la Argentina en busca de su madre.
El relato aporta una cruda visión de la emigración italiana que tuvo lugar durante el siglo XIX.
Al llegar a Buenos Aires le dicen que ella se ha trasladado a Córdoba y le recomiendan que se embarque hacia Rosario (una bellísima descripción de su viaje por el Paraná) y desde ahí en tren a Córdoba.
“Al día siguiente, al anochecer, después de haber dormido .. en un cuartucho .. de la Boca se encontraba en la popa de una barcaza de vela, cargada de frutas, que salía para la ciudad de Rosario conducida por tres robustos genoveses … El viaje duró 3días y 4 noches, … remontó aquel maravilloso río Paraná... La última noche, al oír (el canto de un marinero), sollozó. El marinero le gritó: -¡Ánimo, chico, valor! … ¡Un genovés que llora por estar lejos de su casa! ¡Los genoveses atraviesan todo el mundo tan contentos como orgullosos! .…
Poco después de haber desembarcado, subió a la ciudad de Rosario, con su cofre al hombro, buscando a un señor argentino, para el cual su protector de la Boca le había dado una tarjeta con algunas líneas de recomendación. ( Pero éste había salido de viaje y no volvería en un mes). El muchacho se quedó petrificado…. ¿Qué hacer? ¿A dónde ir? De Rosario a Córdoba hay un día de viaje en ferrocarril. Le quedaba ya muy poco dinero. .. ¡Podía trabajar! Pero ¿cómo? ¿A quién pedir trabajo? ¡Pedir limosna! ¡Ah, no! Ser arrojado, insultado, humillado como hace poco, no; nunca, jamás, ¡prefiero morir! .. Echó a tierra el cofre, se sentó en él apoyando la espalda contra la pared, y se cubrió la cara con las manos, sin llorar, en actitud desconsolada. ... Estuvo así buen rato. De su letargo lo sacó una voz que le dijo medio en italiano, medio en lombardo: -¿Qué tienes, chiquillo?. Alzó la cara al oír aquellas palabras, …. -¿Usted aquí? Era el viejo labrador lombardo, con el cual había contraído amistad durante el viaje. La admiración del viejo no fue menor que la suya. El muchacho le contó rápidamente lo ocurrido. -Heme aquí ahora, sin dinero; es menester que trabaje; búsqueme usted trabajo para poder reunir algunos pesos; yo haré de todo: llevar ropa, barrer las calles, hacer encargos, hasta trabajar en el campo; me contento con vivir solo de pan; pero que pueda yo marchar pronto, que pueda encontrar alguna vez a mi madre; … -: Trabajar... se dice muy pronto. dijo el viejo…¿No habrá aquí algún medio de encontrar 30 pesos entre tantos compatriotas? El muchacho lo miraba, animado por un rayo de esperanza. -Ven conmigo -le dijo el viejo. ..El viejo se puso en marcha.…se detuvo en la puerta de una fonda ..: "La Estrella de Italia” .. El viejo lombardo se acercó a la primera mesa,... -¡Camaradas! -dijo sin más preámbulos ..presentando a Marcos-: he aquí un pobre muchacho, compatriota nuestro, que ha venido solo, desde Génova a buscar a su madre. En Buenos Aires le dijeron: "No está aquí; está en Córdoba". .. No tiene un céntimo. Está aquí solo, desesperado.... Hagamos algo por él; ¿no ha de encontrar lo necesario para pagar el billete hasta Córdoba y buscar a su madre? ¿Hemos de dejarle aquí como un perro? .-¡Nunca, por Dios! ¡Nunca nos lo perdonaríamos! -gritaron todos a la vez, pegando puñetazos en la mesa-. ¡Un compatriota nuestro! .-¡Ven aquí, pequeño! .-¡Cuenta con nosotros, los emigrantes! -Te enviaremos con tu madre, no hay que dudarlo. …Acudieron de la habitación inmediata tres parroquianos argentinos, y, en menos de diez minutos, el lombardo, que presentaba el sombrero, le reunió 42 pesos. -¿Has visto -dijo entonces, volviéndose hacia el muchacho- qué pronto se hace esto en América?.-¡..¡A la salud de tu madre! Todos levantaron los vasos. Y Marcos repitió: -A la salud de mi... -pero un sollozo de alegría le impidió concluir, y dejando el vaso sobre la mesa, se echó en brazos del viejo lombardo.
Puede leerse la versión entera en:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/ita/amicis/apeninos.htm
8 oct 2011
Rosario: en 1886 en "Corazón"
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:22 a.m.
Etiquetas: Corazón, De los Apeninos a los Andes, Edmundo de Amicis, sábados historia real de Rosario, utopias argentinas. Stella Maris Coniglio
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario