A partir de la confrontación entre periodistas oficialistas y periodistas independientes, se ha instalado un tema de debate que pone en cuestión la profesión del periodismo.
Frente a un discurso autoritario, que viene del poder político, debe ser difícil trabajar de periodistas sin convertir a su discurso también en autoritario, porque posiblemente no se pueda hablar bajo, con diversidad de discursos, sin ser aplastados en el enfrentamiento.
Por otra parte, frente a alguien que descalifica TODO lo que no sea lo que él piensa, es difícil convertir en positivo algo que haga el mismo descalificador.
Hace unos años que venimos viendo que el disenso (el sentir diferente) es castigado, discriminado, condenado. El tema es qué hace un “laburante” de periodista para conservar su trabajo y ser coherente con su conciencia. Por eso lo que más me aterra es el silencio. El silencio, lo que no se dice en ningún medio. Analizando cuáles son esos temas de los que no se habla, quizás se vea más claro a qué me refiero. Porque si al hablar de lo que ellos no quieren que se hable, los lleva a amenazar a los anunciantes para que no auspicien el programa, el periodista se va a sentir amenazado por lo mismo y eso es lo peligroso. Desde este punto de vista, no significa una amenaza tan seria la descalificación que hacen a los periodistas desde los medios creados por el Gobierno. Cuando un discurso único parte desde un gobierno, el trabajo periodístico o calla lo que tiene que decir o se vuelve resistencia.
Los argentinos tenemos que defender la palabra, la verbalización de los problemas, la discrepancia porque lo peor que nos puede suceder es que NOS INVADA EL SILENCIO.
14 nov 2011
Qué no nos invada el SILENCIO!!!
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:10 a.m.
Etiquetas: periodistas
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