Mi contacto con el peligro de banalizar a la corrupción, de no darle importancia, lo tuve a través de este texto, del que transcribo un fragmento: Uno de los derechos más importantes de los ciudadanos es el de no ser víctimas de la corrupción. La corrupción corroe la dignidad del ciudadano, contamina a los individuos, deteriora la convivencia social, arruina los servicios públicos y compromete la vida de las generaciones actuales y futuras. El desvío de los recursos públicos no sólo perjudica los servicios, sino que también lleva al abandono de obras indispensables para la ciudad y el país. Al mismo tiempo, estimula la formación de grupos que pueden evolucionar para el crimen organizado, el tráfico de drogas y armas. Un tipo de delito atrae a otro y casi siempre están asociados. Los desvíos de recursos públicos condena a la nación a un subdesarrollo económico. Los que comparten la corrupción, activa o pasivamente, y los que de ellas toman algún tipo de provecho, deben ser responsabilizados. No sólo en términos civiles o criminales, sino también éticamente, pues los que lo practican de una u otra forma hacen que se acepte como hecho natural en el día a día de la vida pública y que sea admitido como algo normal en lo cotidiano de la sociedad. Material traducido de la publicación de Ribeirão Bonito http://www.amarribo.org.br/mambo/index.php?option=com_content&task=view&id=75&Itemid=69 http://despertarciudadanos.blogspot.com.ar/ En esa época eran las Iglesias evangelistas las que se hacían cargo de hacerles entender a la feligresía brasilera la actitud que tenían que tomar ante la falta de moral y la corrupción que había en el país. Quizás les estuviera pasando lo que nos pasa ahora a nosotros que la justicia no actuaba. Ahora vemos a Dilma Rousseff que echa por corruptos a diferentes integrantes de su Gabinete (inclusive como hemos visto los espera la Policía en la puerta) y a funcionarios como el jefe de la Casa de la Moneda (Luis Felipe Denucci Martins) que firmó el convenio para la impresión para nuestro país de los billetes de $100 el año pasado. Parece ser que es el Gobierno brasilero el que tomó las riendas de la lucha que quizás le resulte dura y difícil, pero lo intenta. Nosotros por dónde empezamos?.
30 mar 2012
Quién encarna la lucha contra la corrupción?
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 1:46 a.m.
Etiquetas: corrupción, Dilma Rousseff, Luis Felipe Denucci Martins, Ribeirao Bonito
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