Hoy no pude ayudar a una persona querida a sentir alivio. No está en mis manos poder transmitírle la alegría de vivir ni cambiar su dolor, sólo compartirlo y esperar que se le alivie. La vida es cruel y recordando los consejos del padre nahualt :Se dice que la tierra es lugar de alegría penosa, de alegría que punza. Pero a veces tarda en dar los elementos para que encontremos su placer. Por eso que este cuento que no es mío, sea mi collar de turquesas:
Detrás del mostrador el hombre miraba distraídamente
hacia la calle mientras una chiquilla se aproximaba al local. Ella aplastó su
naricita contra el vidrio de la vidriera, y sus ojos color de cielo brillaron
cuando vio un determinado objeto.
Ella entró en el local y pidió ver el collar de turquesas
azules y le dijo al vendedor: Es para mi hermana. Podría hacerme un lindo
paquete?.
El dueño del local miró a la chica con desconfianza y le
preguntó: Cuánto dinero tienes?. Sin alterarse ella sacó de su bolsillo un atadito
y fue deshaciendo los nudos. Colocó un sobre sobre el mostrador y dijo: Esto
alcanza o no?"
Ella mostraba
orgullosa algunas monedas." Sabe ", continuó, quiero regalarle esto a
mi hermana mayor. Desde que nuestra madre murió ella me cuida y no tiene tiempo
para ella.
Hoy es el cumpleaños de ella y estoy segura que estará
feliz con el collar, que es del color de sus ojos. El hombre se fue para
adentro, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con un papel rojo e hizo
un hermoso moño con una cinta azul.
"Toma",
le dijo a la chiquita, "Llevalo con cuidado". Ella se fue feliz
saltando calle abajo.
Todavía no había terminado el día cuando una linda joven
de cabellos rubios y maravillosos ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre
el mostrador el paquete desenvuelto y preguntó: "Este collar fue comprado
aquí ?" "Sí, señora", respondió el dueño del local. Cuánto costó
?" "Ah!", dijo el dueño, el precio de cualquier objeto en mi
negocio es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente."
-"Pero mi hermana sólo tenía algunas monedas. Este collar
es verdadero, no ? Ella no tendría el dinero para pagarlo". El hombre tomó
el estuche y con mucho cariño colocó la cinta diciendo: "Ella pagó el
precio más alto que cualquier persona puede pagar. Ella dio todo lo que
tenía".
El silencio lleno el pequeño local y lágrimas cayeron por el
rostro de la joven, mientras sus manos tomaban el paquete.
28 ago 2012
La impotencia de aliviar el dolor ajeno
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:39 a.m.
Etiquetas: aliviar el dolor ajeno
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