17 ago 2012
San Martín, huyó de sí mismo?
Mitre dice : "No era San Martín un político en el sentido técnico de la palabra, ni pretendió nunca serlo. Como hombre de acción con propósitos fijos, con vistas claras y con voluntad deliberada, sus medios se adaptaban siempre a un fin tangible, y sus principios políticos, sus ideas propias y hasta su criterio moral se subordinaban al éxito inmediato, que era la independencia, sin dejar por esto de tener presente un ideal más lejano, que era por entonces la libertad en la república".
Conmemorar la muerte de algún prócer nos invita a la reflexión sobre su vida y su legado. Nadie puede dudar del legado de San Martin en su lucha por la Independencia, en la transmisión de valores y su entereza moral pero en los momentos actuales, de problemas similares a las de su tiempo, nos hubiera hecho falta conocer más sobre su valentía política de enfrentar a esos caudillismos propios de estas tierras, que no favorecen a una organización nacional basada en el bien común y la equidad. Luchó por la Independencia, pero no ayudó a la conformación de la República. Se fue. Capaz como conocedor de sus límites de incompetencia, pero le faltó decirnos que el lugar que en política uno no ocupa, lo ocupa muchas veces la discordia, la corrupción, las organizaciones delictivas. Quizás los argentinos debamos dejar de huir de nosotros mismos.
Conmemorar la muerte de algún prócer nos invita a la reflexión sobre su vida y su legado. Nadie puede dudar del legado de San Martin en su lucha por la Independencia, en la transmisión de valores y su entereza moral pero en los momentos actuales, de problemas similares a las de su tiempo, nos hubiera hecho falta conocer más sobre su valentía política de enfrentar a esos caudillismos propios de estas tierras, que no favorecen a una organización nacional basada en el bien común y la equidad. Luchó por la Independencia, pero no ayudó a la conformación de la República. Se fue. Capaz como conocedor de sus límites de incompetencia, pero le faltó decirnos que el lugar que en política uno no ocupa, lo ocupa muchas veces la discordia, la corrupción, las organizaciones delictivas. Quizás los argentinos debamos dejar de huir de nosotros mismos.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:16 a.m.
Etiquetas: 17 de agosto de 1850., Don José de San Martín
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