Discúlpenme, porque no soy quien para tirarles con mi indignación por lo que escucho, referente al miedo, en nuestro país.
Son años que uno vive en él, como para no darse cuenta, aunque no sea
un erudito en la materia. El miedo no es zonzo y el que lo produce
tampoco. Decía Torquemada, en la época de la Inquisición, que no
podía sostener los mismos sistemas de tortura, porque la gente se
acostumbraba. Y diría que va aprendiendo a eludirlos. O va teniendo
el desprestigio internacional. O va perdiendo el consenso necesario para
sostenerlo. Ya que conmemoramos el 24 de marzo, observemos
Latinoamérica en esa época y veremos el consenso que esos golpes de
Estado tuvieron. Miremos ahora si tendrían el mismo. De igual
manera, el miedo no se puede producir de la misma manera. Dicen:
ahora no se tiene que tener miedo porque no se mata a nadie por lo que dice o hace. Es una falasia.
Ahora el miedo está en quedar fuera del sistema. O
pasar a ser investigado hasta por minucias o el difundir que todo el
pueblo puede ser investigado dando a luz conductas ocultas en caso de
tener que presionar, amenazando anónimamente, dando señales de que
las amenazas se cumplen o, finalmente con disimuladas o descaradas
ofertas de dinero que sólo llegan a captar con mucho riesgo, las
cámaras ocultas. El miedo a OFENDER A LA REINA. En ese caso la
economía se corre y tu actividad queda fuera del sistema o es
expropiada total o parcialmente por el Gobierno de turno. Por eso
CLARIN es el baluarte pintado en la bandera de los Caballeros de la
Reina.
Muestran la posibilidad de convertir a tus hijos en hijos de
desaparecidos o en desmantelarte la empresa desarrollada bajo la
mirada protectora del mismo sistema. Así no lo hagan.
Ese pasado marcado por la desaparición de personas que pensaban distinto, de los que estaban en las libretas de direcciones de los que pensaban distintos, crearon consignas que nos marcaron para ser carne de cañón para gente como ésta. Lo vemos en la reacción que tenemos siempre frente al mismo estímulo: el dólar. Ésa es una de nuestras zanahorias. Nos dicen que no pensemos en el dólar y lo suben lo bajan, lo hacen desear, lo muestran como posibilidad de perder el valor de nuestro esfuerzo, nos produce ansiedad. Salimos corriendo o a comprar dólares, o casas, o autos. Manteniendo el consumo interno que ellos aprovechan en una mayor recaudación. Al mismo estímulo, la misma respuesta, el mismo resultado. Nos conocen. Hacen infografías con nuestras conductas. Recuerden lo que siempre sostengo: por miedo, por amor o por odio, nos pueden hacer mover en forma IRRACIONAL, IRREFLEXIVA, IMPULSIVA, que nunca nos va a llevar al mejor camino.
El kirchnerismo instalaron ese MIEDO A OFENDER A LA REINA. Lo instaló Kirchner. Lo siguió si se quiere Moreno. Con sus guantes de boxeo. Con "acá no se vota". Con la ONCCA quitando los permisos de faena.
El miedo no es zonzo. Pero el miedo ofende. Reconozcamos el miedo, pero pongamos en evidencia a quien lo provoca. Es una de las causas de las divisiones de nuestro pueblo, porque nos quitaron la confianza hasta en nuestros iguales que claudican ante el miedo.
Reunámonos, dialoguemos, contengámonos, confiemos en los iguales, desafiemos al miedo y al que utiliza nuestro pasado para mantenerlo vivo. Matemos al miedo de una vez y para siempre. No seamos sus esclavos.
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