Queriendo o sin querer muchas miradas desde la Argentina van a ver actitudes que marcarán el verdadero perfil de nuestra Presidenta en comparaciones que no son odiosas. Que quien se llene la boca hablando de los pobres lo haga sin oropeles y se ocupe en forma directa de los problemas. Que quien ejerce la máxima dignidad de una religión/un pueblo (ya lo mostró Mujica) lo haga sin el uso de los privilegios y la posibilidad de derroche que le da el cargo.
Veremos qué hará el Papa con quien despreció su palabra y el diálogo y qué harà la Presidenta. Si asistirá a pesar que el Papa pidió que los gastos del viaje lo done a quien lo necesita y, si lo hace, el Papa mostrará la conciliación con quien se había encargado de demarcar la cancha y romper las tradiciones, no asistiendo a misas que daba Bergoglio, porque no le gustaban las palabras que marcaban los serios problemas de fondo, que atravesaba nuestro país. Dándole la espalda y acusàndolo de encabezar la oposición.
La humildad vs. el orgullo
La prepotencia vs. el diálogo
La reclusión en su guarida vs el estar con las vìctimas de la desidia.
Puede ser una forma de hacer caer las caretas y mostrar la hipocresía del trabajo por los pobres. De ahí mi esperanza.
Una nueva voz que se alza al mundo para contar lo que nos pasa a los argentinos. La mano del poder de Cristina no podrá llegar tan alto para callarla. Nuevos medios, nuevas esperanzas.
15 mar 2013
Los hechos marcarán la diferencia
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 11:14 a.m.
Etiquetas: Cristina, Papa argentino Francisco I
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