Con el tiempo aprendí a esperar porque cuando tuve prisa hice todo mal, capaz que exagera, pero lo errado está en las presuposiciones que no se confirman y es por eso que, luego, uno aprende a esperar con el tiempo. Porque va viendo que cuando pasan los hechos las angustias o preocupaciones no siempre corresponden a lo que realmente sucede.
Se puede vivir de otra manera, disfrutando el día a día, el instante. Lo malo puede esperar. Como dice la canción de Axel: todo vuelve, es cuestión de esperar.
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