Esta sensación sería una ficción. |
14 nov 2014
Imposible que la libertad surja de una revolución.
Seguimos
traduciendo el cuento El banquero anarquista de Fernando Pessoa.
El tema que
trataremos hoy se refiere a lo que el personaje propone como adaptación a esa
sociedad libre imaginada. Nadie se puede adaptar a algo que no existe. Más que
imposible, es absurdo, dice. No hay adaptación material a algo que no está. Por
lo tanto llega a la conclusión que la única que puede haber de adaptación, de
evolución o de transición es mental, es la gradual adaptación de los espíritus
a la idea de una sociedad libre.
Para la adaptación
material existe la hipótesis de una dictadura revolucionaria. Un movimiento
brusco, implantado. Pero para el banquero anarquista un régimen revolucionario, en cuanto
existe, y sea cual fuera el fin que busca o la idea que lo conduce, es
materialmente sólo una cosa: un régimen revolucionario. Y el que se adapta lo
hace al régimen despótico, no a la idea de libertad. Imposible que la libertad
surja de una revolución. Tarde o temprano se sale de esa revolución (como los
romanos, Napoleón, la revolución rusa) y
se atrasa la posibilidad de realizar la sociedad libre.
Y llega a
esta conclusión: el pasaje sin transición de la sociedad burguesa a la sociedad
libre será preparada y se tornará posible por una propaganda intensa, completa,
absorbente, de un modo de predisponer a
todos los espíritus a debilitar todas las resistencias. Y por propaganda no sólo
entiende la palabra escrita o hablada; entiende todo, acción directa o
indirecta necesaria para debilitar la resistencia a la venida de la sociedad. Así
no tendría casi resistencia ninguna que vencer. Una revolución social que
cuando viniese sería rápida, fácil y no tendría que haber ninguna
dictadura revolucionaria, por no tener
contra quien aplicarla. Si no es posible así, sólo queda la sociedad burguesa.
Pero cuando
empieza a aplicar su esfuerzo para trabajar para el futuro, se encuentra con
sus propios cuestionamientos de conciencia: el altruísmo es natural?. El deber
es natural?. De dónde venía la idea de “deber”?. Si esta idea de deber lo
obligaba a sacrificar su bienestar, su comodidad, su instinto de conservación, qué
compensación tendría?. La conciencia de deber cumplido, de esfuerzo para un fin
bueno para el banquero no es un placer en sí
mismo, nace de una ficción social.
Pasó por
sus momentos de descreimiento. Como la idea de justicia ya estaba dentro de él,
era natural es por ella que decida seguir adelante. Pero una cosa era
sacrificarse sin recompensa alguna y otra era que aquello para lo que
trabajaba existiría algún día.
Por lo
tanto decide aplicar su esfuerzo en el logro de la idea de libertad. Salir de
las ficciones sociales que condicionan las desigualdades sociales.
Mañana sigo
con el desarrollo de sus razonamientos:
los problemas de trabajar sin que nadie sea jefe de nadie (sic).
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: El banquero anarquista, Fernando Pessoa
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