Ver este alambrado en el medio de un río bullicioso que baja de las montañas, produce diferentes sentimientos, por lo menos a mí. Por un lado que alguien pueda pretender un derecho de propiedad sobre esas aguas que fluyen, hace preguntar, de qué es dueño?. Heráclito dijo: “No nos bañamos dos veces en las aguas de un mismo río, ni siquiera una vez.” Repito: se puede tener esa propiedad?. Sobre qué, si a cada instante no es lo mismo? .
De la misma manera es nuestra mente. Alguien puede ponerle barreras al pensamiento con un cartel: Prohibido pasar, prohibido pensar, yo pienso por Ud.?. Se puede poner un alambrado a la forma de pensar?. El pensamiento fluye y así lo demostraron los argentinos el 18F. No porque se opongan, sino porque no se puede encerrar lo que está en movimiento. Nada menos que el pensamiento, que es tan imprescindible como el agua!!!.
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