16 mar 2015
La Justicia con los brazos extendidos
En
julio de 1902 se sancionó la ley que estableció la construcción del Palacio de
Justicia en Buenos Aires y se determinó que una figura escultórica que
representara a la Justicia debía colocarse en el principal ingreso del
edificio. Se encargó la misma al artista Rogelio Yrurtia, quien en 1905 diseñó
una figura femenina novedosa: sin la clásica balanza en sus manos ni los ojos
vendados. En cambio, estiraba los brazos hacia adelante en forma paralela y
colocaba las palmas hacia abajo, dando la sensación de protección y
misericordia.
La obra quedó en boceto. Lo cierto es que la dama
de los brazos extendidos quedó varada en el taller de Yrurtia.
Pasaron tres décadas. En 1938, La Justicia formó parte de la
Exposición Nacional de Bellas Artes, en el Palais de Glace, y el doctor Carlos
Delcasse (gran amigo del escultor y dueño de la célebre Casa del Ángel, en la
calle Cuba del barrio de Belgrano), decidió aprovecharse de la desidia oficial:
la compró y le pidió que la la colocara en su bóveda, en el cementerio de
Olivos.
Así se hizo. Bajo la supervisión de Yrturtia y del mismísimo
Delcasse, se montó la obra en la necrópolis. El propietario murió tres años
después y fue a ocupar su lugar predeterminado..
En 1959, con la autorización de los herederos del escultor,
una copia de La Justicia fue emplazada en la entrada del Palacio, en
Tribunales.
La copia terminó ocupando el lugar que cincuenta años atrás
había sido destinado para la obra original.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
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