27 sept 2015

El niño que convirtió su bicicleta en una utopía.

William Kamkwamba vivía con sus padres en Masitala, una pequeña aldea con 50 chozas de adobe, sin agua corriente ni luz. Hasta que, cuando tenía 14 años, abandonó la escuela por la hambruna de ese tiempo pero no abandonó sus ganas de aprender, que las llenaba con revistas y  libros de una biblioteca. 
A sus manos llegó un ejemplar de una publicación educativa de ciencia que explicaba como convertir el viento en electricidad. Manos a la obra. 
Con una vieja bicicleta, el ventilador de un tractor abandonado, gomas, madera de eucalyptus y los desechos de agricultores vecinos comenzó a construir el primer aero-generador particular de todo el país.
“Al principio, nos reímos mucho de él”, dice Agnes Kamkwamba, su madre. “Pensábamos que estaba haciendo algo completamente inútil.”

Buscando materiales lo más resistentes y ligeros posibles, William consiguió encauzar el viento a través de su molino para llevar la luz artificial a sus asombrados progenitores.
Sin saberlo, el bueno de William estaba levantando, no sólo un molino de viento que ayudaría a abastecer de energía a su aldea, sino las bases para la mejora de la deteriorada conciencia auto-suministradora de sus deprimidos compatriotas.
Fuente

                       En este  video lo explica muy bien él en persona.

La más hermosa de sus imágenes, una utopía cumplida:
 

Si motiváramos a todos los NI NI en un proyecto conjunto para hacerles canalizar sus energías en creaciones como éstas en los lugares que lo necesitan de verdad?. Otro sería nuestro país.

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