Jack, su contrincante, se siente excitado por la posibilidad de imponer reglas: “Tendremos reglas y cuando alguien no las cumpla…”
Según aumentan los conflictos, tienen que aumentar las reglas. La situación empeora porque la obediencia a las normas es inconstante y porque el enfrentamiento entre los dos líderes se encrespa. Poco a poco van mostrándose “dos universos distintos de experiencia y sentimientos, incapaces de comunicarse entre sí”, escribe Golding. La racionalidad de Ralph contra la violencia de Jack. Jack no quiere mantener la hoguera encendida, prefiere cazar. Es posible que no quiera regresar a la civilización sino más lejos aún: a un estado salvaje de vida. Por fin Jack reclama a gritos el poder para él y para los violentos que le siguen, y lo hace con un argumento muy simple: “Al cuerno las reglas! Somos fuertes!.
El único que percibe la gravedad del hecho es Piggy, un niño listo y débil, enfermo de asma, que al enterarse de que Ralph va a dejar paso libre a su competidor, le pregunta aterrado: Y qué me va a pasar a mí?. Instaurada la ley de los violentos, sólo los violentos sobreviven.
Jack, el nuevo jefe, tampoco puede mantenerse en el poder sin reglas. Se limita a poner otras:
“Ya es hora de que se enteren algunos de que tienen que callarse y dejar que los otros decidan las cosas”.La irracionalidad y la violencia van cundiendo hasta provocar el previsible asesinato de Piggy”.
A pesar de no haber leído el libro de William Golding este resumen del mismo realizado por José Antonio Marina en "Etica para náufragos" pág. 56 (lectura que recomiendo) me pareció muy interesante para ejemplificar la importancia de las normas que se aplican según las ideologías, la concepción de la convivencia, el proyecto de vida, el uso de la inteligencia para el bien común.
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