A comienzos del Siglo XX los partidos
de fútbol, tanto en Buenos Aires como en Rosario, no eran
considerados una contienda deportiva, sino más bien eran un evento
social. Una de las muchas actividades que organizaba la colectividad
inglesa. En nuestra ciudad el epicentro de esas reuniones fue desde
un comienzo la mítica Plaza Jewell y allí se jugaban partidos de cricket,
foot-ball y lawn-tennis .
La prensa hacía hincapié,
invariablemente, en que los juegos se desarrollaban ante una
distinguida concurrencia de familias británicas. Algo curioso es que
quienes practicaban tenis, o representaban a Atlético del Rosario en
rugby, eran los mismos que integraban el equipo de fútbol.
En los diarios de
ese año tampoco existía, como es de suponer, una sección
deportiva. Los encuentros de fútbol, rugby o cricket, se ubicaban
dentro de las noticias “Sociales”, junto con los enlaces, veladas
literarias, bailes de gala, o tertulias. Es más, los “goles”
solían ser mencionados como “puntos”.
Los deportes se alternaban por
“temporadas”, tal como actualmente ocurre en Estados Unidos. Ni
bien concluía la temporada de cricket en abril, comenzaba la de
fútbol que duraba hasta septiembre u octubre. Esto a fin de evitar
las altas temperaturas ya que los partidos eran siempre por la tarde
(hasta fines de la década del 30, momento en que se inauguraron las
primeras torres de luz artificial en nuestras canchas). Aquí
llegamos a la fundación de la Liga Rosarina de Fútbol.
El 30 de
marzo de 1905 en el Hotel Britania- Los clubes fundadores fueron Rosario Atlético (hoy
conocido como Atlético del Rosario), Rosario Central, Newell’s Old
Boys y el Club Atlético Argentino, hoy Gimnasia. Se labró el acta
fundacional y se resolvió que la Liga se incorporaría a la
Asociación Argentina de Fútbol.Luego se incorporaron dos nuevos clubes: “Provincial” y “The
Córdoba And Rosario Railway Athletic Club”, completando así el
sexteto de equipos que tomaría parte del primer campeonato local. La
institución que más tarde castellanizaría su nombre a Central
Córdoba.
Ese año en Rosario ya moraban 131.000
personas, y el deporte despertaba tal entusiasmo que todas las
semanas se fundaban nuevos clubes. Cualquier grupo de amigos, más o
menos numeroso, podía constituir un equipo, una comisión directiva
(que casi siempre era integrada por ellos mismos), y salía a buscar
desafíos con un balón bajo el brazo. Algunas de las entidades
surgidas por entonces fueron: “Libertad”, “Estrella Polar”,
“Atlético Rivadavia”, “Mariano Moreno”, “Ombú”,
“Liniers” y “Echesortu F.C”. Era tanto el auge del fútbol, y
la cantidad de gente que deseaba practicarlo, que los clubes se
vieron en la obligación de armar varios equipos. A raíz de esto es
que surgieron las distintas categorías, así como las segundas y
terceras divisiones.
Lo más trascendente del año que dio
inicio a la actividad futbolera local, fue sin dudas la visita del
Nottingham Forest. El conjunto inglés llegó a Sudamérica, tras un
extenuante periplo en barco, para realizar nueve partidos de
exhibición ante equipos de Argentina y Uruguay. En nuestra ciudad se
los esperó con ansias y aguardando que dieran una lección de
fútbol. La admiración que despertaban era tanta que la prensa
anunció la visita con bombos y platillos desde abril, y el único
partido que jugaron en Rosario fue el 16 de junio. Los británicos,
luciendo casacas rojas y pantaloncitos blancos, ganaron 5 a 0 en el
marcador más estrecho que obtuvieron a lo largo de la gira.
Las crónicas de la época aseguran que
una extraordinaria concurrencia “aplaudió los golpes dados al
balón con maestría”. Por Rosario jugó un combinado especialmente
formado para la ocasión. Dos semanas antes se había programado una
jornada en Plaza Jewell con todos los equipos locales, para que una
comisión selectora eligiera a los jugadores más sobresalientes.
Un año antes, en 1904, el Southampton
inglés había visitado Buenos Aires y había estado a punto de pasar
por Rosario. Sin embargo, su llegada se frustró a último momento.
El arribo del Nottingham sirvió para cumplir un sueño y demostrar
que el fútbol rosarino era de vanguardia, puesto que Zenón Díaz,
el arquero Norris, y Ricardo Le Bas, todos ellos de excelente
actuación, fueron convocados para integrar los combinados nacionales
que el 29 de junio y el 2 de julio, volvieron a perder por escándalo
ante los maestros del Reino Unido. No obstante, las diferencias
abismales fueron limándose rápido y al año siguiente el Alumni de
Buenos Aires le ganó a un seleccionado de Sudáfrica (por entonces
colonia inglesa) 1 a 0, en lo que fue la primera victoria argentina
sobre los inventores del fútbol.
Dos días después del partido con el
Nottingham, Rosario vivió otro acontecimiento histórico: se jugó
el primer cotejo oficial entre Newell’s y Central. El partido se
disputó en Plaza Jewell y la euforia que empezaba a despertar el
fútbol generó que mucha gente se movilizara para presenciarlo. El
trámite del encuentro fue parejo y la lucha intensa. El primer
tiempo se cerró sin goles y todo se definiría en el segundo.
Faustino González, delantero que integraría durante varios años la
línea de forwards rojinegra, fue el encargado de marcar el único
gol de la brega.
Una de las curiosidades de esos
primeros años era que los partidos eran arbitrados por jugadores, en
general los más experimentados, aunque claro está, siempre se desempeñaban en
encuentros en los que no participaba su equipo. Además, lo hacían
sin silbato. Teniendo que sancionar las infracciones a los gritos.
Eran épocas en que los jugadores utilizaban pantalones muy ajustados
(casi como una calza) que les cubrían el muslo y le llegaban hasta
las rodillas. El cabello perfectamente aseado y unos bigotines
erizados en sus puntas.
En lo concerniente a la Liga
recientemente fundada, ocurrió en la cuarta reunión algo
francamente novedoso: se produjo la primera transferencia. Se trató
del traspaso del inolvidable Harry Hayes, delantero que dejó el Club
Atlético Argentino (actual Gimnasia y Esgrima) para jugar en Rosario
Central, previo pago de la módica suma de $5. En diversos rincones
del país, mientras tanto, nacían clubes fundamentales en la
historia del deporte. Boca Juniors, Independiente, Estudiantes de La
Plata, Belgrano de Córdoba y Colón de Santa Fe, son algunas de las
instituciones más importantes que vieron la luz en 1905.
Por esos días los responsables de la
Liga se alarmaron ante la posibilidad de que la Comisión Directiva
de Atlético del Rosario tomara una decisión polémica. Al parecer,
los dirigentes del club fundador tenían previsto cobrar entrada a
todos aquellos que no fueran socios de la entidad y desearan
presenciar los partidos a disputarse allí. Por intermedio de una
extensa carta se los instó a rever su actitud, y se les hizo
entender que al tratarse del primer año de actividad era necesario
hacer cuanta concesión fuese posible, para que el deporte prosperase
y se hiciese popular.
En lo estrictamente relacionado a la
competencia, Newell’s ganó con autoridad el primer torneo
organizado por la Liga. Sumó 17 puntos. Jugó diez partidos, ganó
siete, empató los tres restantes y fue el primer campeón invicto de
la historia. Central terminó segundo. También con siete victorias
pero con un empate y dos derrotas que lo dejaron con 15 unidades.
Córdoba y Rosario fue tercero con 10, el Club Argentino cuarto con
8, Atlético del Rosario (que participaba con un equipo de segundo
nivel) sumó 5, y cerró la tabla junto a Provincial de idéntica
campaña. Newells en todo el
campeonato sufrieron sólo 4 goles en su portería, y el viernes 8 de
septiembre recibieron de manos de Diego Le Bas la Copa Pinasco. El
hermoso trofeo había sido previamente exhibido en las vidrieras de
la tienda “Gath y Chávez”, ubicada en San Martín al 700.
Por último, el 8 de
septiembre un grupo de entusiastas que se juntaba a jugar en los
terrenos descampados de San Martín y Amenabar, y entre los que se
encontraba Alejandro Berruti, fundó “Sparta”, entidad que
tomaría los colores blanco y negro (a bastones verticales) y que
iría en paulatino progreso durante varias décadas. Sobre el final
de la temporada el que desapareció fue “Albión Rosarino”, un
club que tuvo corta vida y que había sido fundado en 1904 por
empleados del Banco Español. Jugaban en Mendoza y Vera Mujica y se
los denominaba “los atorrantes con galera”.
Fuentes de información consultadas:
* "Anales del fútbol rosarino",
de Cipriano Roldán.
* "Rosario, fútbol y recuerdos",
de Oscar Armando Ongay.
* Libros de Actas de la Asociación
Rosarina de Fútbol.
* Archivo de diarios locales, Hemeroteca de
la Biblioteca Argentina "Dr. Juan Alvarez".
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