Al tercer año, el hijo del rey ateniense Egeo, llamado Teseo, se ofreció voluntariamente, pues se consideraba capaz de enfrentar y dar muerte al minotauro.
Al enterarse el Rey Minos, expresó:- te diré que, aunque mates al minotauro, jamás encontrarás la salida del laberinto.
-No me importa- respondió el joven Teseo, me basta con matar al monstruo y ser útil a Atenas.
Ariadna (hija de Minos), secretamente, por la noche se acercó al joven y le entregó un puñal y un ovillo de hilo, diciendo:-Con este puñal mágico, podrás atravesar el corazón del minotauro, y si sigues el hilo de este ovillo podrás hallar la salida. Agradecido quedó el joven Teseo, y penetró en el laberinto, desenvolviendo el ovillo de hilo hasta enfrentarse con la bestia. Después de ardua lucha, logró atravesar el corazón del minotauro. Rescató a sus compañeros, con los que emprendió el camino de regreso siguiendo el hilo. Fue aclamado por la gente de Cnosos por haberlos liberado del monstruo y Teseo, victorioso, regresó a Atenas en su nave con las velas desplegadas.
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