Miguel de Cervantes, en Don Quijote de la Mancha: «También viene con esto lo que cuentan de aquel pastor, que puso fuego y abrasó el templo famoso de Diana, contado por una de las siete maravillas del mundo, sólo porque quedase vivo su nombre en los siglos venideros; y aunque se mandó que nadie le nombrase ni hiciese por palabra o por escrito mención de su nombre, porque no consiguiese el fin de su deseo, todavía se supo que se llamaba Eróstrato».
Es por eso que en psicología y como frase hecha se utiliza la expresión "tener síndrome o complejo de Eróstrato" para nombrar a las personas que buscan excesivamente la notoriedad o pretenden ser el centro de atención a través de los actos más viles, o sean cuales sean las consecuencias.
A cuántas personas uno quisiera que no se la nombrase más por destructoras??? y abrís el diario y ahí está, todo lleno de Eróstratas..., de innombrables.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario