"La gente se queja de todo. Sufre, llora, quisiera cambiar de vida, salir del infortunio en que se encuentra, pero
desafortunadamente no trabajan sobre sí mismos." Samael Aun Weor
Hace mucho tiempo, una joven China llamada Li se casó y fue
a vivir con el marido y la suegra. Después de algunos días, no se entendía con
ella. Sus personalidades eran muy diferentes y Li fue irritándose con los
hábitos de la suegra, que frecuentemente la criticaba. Los meses pasaron y Li y
su suegra cada vez discutían más y peleaban. De acuerdo con una antigua
tradición china, la nuera tiene que cuidar a la suegra y obedecerla en todo.
Li, no soportando más vivir con la suegra, decidió tomar una
decisión y visitar a un amigo de su padre. Después de oírla, él tomó un paquete
de hierbas y le dijo:
- "No deberás usarlas de una sola vez para liberarte
de tu suegra, porque ello causaría sospechas.Debes darle varias hierbas que irán lentamente envenenando a
tu suegra. Cada dos días pondrás un poco de estas hierbas en su comida. Ahora,
para tener certeza de que cuando ella muera nadie sospechará de ti, deberás
tener mucho cuidado y actuar de manera muy amigable. No discutas, ayúdala a
resolver sus problemas. Recuerda: Tienes que escucharme y seguir todas mis
instrucciones".
Li respondió: "Si, Sr. Huang, haré todo lo que me
pide".
Li quedó muy contenta, agradeció al Sr. Huang, y volvió muy
apurada para comenzar el proyecto de asesinar a su suegra. Pasaron las semanas
y cada dos días, Li servía una comida especialmente tratada a su suegra.
Siempre recordaba lo que el Sr. Huang le había recomendado sobre evitar
sospechas, y así controló su temperamento, obedecía a la suegra y la trataba
como si fuese su propia madre.
Después de seis meses, la casa entera estaba completamente
cambiada. Li había controlado su temperamento y casi nunca aborrecía a su
suegra. En esos meses, no había tenido ni una discusión con ella, que ahora
parecía mucho más amable y más fácil de tratar. Las actitudes de la suegra
también cambiaron y ambas pasaron a tratarse afectuosamente.
Un día Li fue nuevamente en procura del Sr. Huang, para
pedirle ayuda y le dijo: "Querido Sr. Huang, por favor ayúdeme a evitar
que el veneno mate a mi suegra. Ella se ha transformado en una mujer agradable
y la trato como si fuese mi madre. No quiero que ella muera por causa del veneno
que le di".
El Sr. Huang sonrió y señaló con la cabeza: "Sra. Li,
no tiene por qué preocuparse. Su suegra no ha cambiado, la que cambió fue
usted. Las hierbas que le di, eran vitaminas para mejorar su salud.
El veneno
estaba en su mente, en su actitud, pero fue echado fuera y sustituido por el
amor que pasaste a darle a ella".
Todos tendríamos que decir: No me envenenes, ámame!!. a todos aquellos que con un cambio de actitud podrían lograr grandes milagros. Doy fe.
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