2 dic 2016
A los argentinos nos faltó coraje moral
El miedo desarrolla unos comportamientos que en todo el
reino animal son cuatro:
1.-la huída. Las gacelas p.e. sólo utilizan este
comportamiento y su anatomía está adaptada para correr a
gran velocidad. 2. volverse contra el depredador y hacerle frente. Es lo que
hace el jabalí cuando se ve acosado por la jauría de perros. Pero, para ello,
el animal tiene que tener su anatomía adaptada para el enfrentamiento violento,
sino, su programación instintiva carece de este recurso. 3. El camuflaje o hacerse el muerto, con el fin de
despistar al depredador y que desista de su persecución. 4. Un sistema de
sumisión como hacen los lobos cuando se encuentra con otro más poderoso que él.
Los seres humanos hemos elegido todas, porque somos los más
miedosos que hay, pero hay uno que es específicamente humano, dice José Antonio
Marina, que es: aunque sienta miedo yo voy a hacer lo que creo que debo hacer.
La valentía no es no sentir miedo. La valentía es: aunque sienta miedo voy a
comportarme como si no lo sintiera. Por eso es extraordinariamente valorado en
todas las culturas porque hacía falta que alguien, en una situación de
emergencia o de peligro, no huyera guarde la calma y dijera: - yo me voy a
enfrentar aunque esté sintiendo miedo.
La valentía de una persona depende de la fortaleza que tenga,
de su capacidad de sentirse eficaz, de sentirse competente para enfrentarse con
los problemas y por otra parte del miedo que tenga. O sea que podemos
desarrollar la valentía si disminuimos los miedos o si aumentamos las fortalezas.
Vivir más resueltamente. Avanzar con resolución, con determinación, con cierto ánimo.
Sentirse capacitado para enfrentarse con los miedos.
Necesitamos una “valentía moral” que es la que tiene una
persona que sabe que hacer una cosa le va a traer problemas, le va a traer
dificultades, se puede encontrar sin trabajo, pero cree que no hacerlo es
inmoral y entonces dice: pués tengo que hacerlo.
RESCATO ESTAS PALABRAS: NO DENUNCIAR, NO CRITICARLOS ES INMORAL.
Por ejemplo en Argentina: todos veíamos ese comportamiento
tan escandaloso, pocos tuvieron la valentía moral de llamar la atención,
de decir, mire ES UN SINVERGÜENZA, ES UN CORRUPTO, y nos convertimos en
cómplices de la corrupción porque nos faltó coraje moral, porque es difícil
decirles UD, ES UN SINVERGÜENZA y se piensa no lo voy a decir, me hago de
enemigos, también quién soy yo para
juzgar, pero
al LADRON HAY QUE DECIRLE LADRON.
Unamuno decía que a veces el
silencio es la peor mentira, lo peor era callarlo, que si decíamos al
mentiroso, eres mentiroso, a lo mejor terminábamos con la mentira.
No sólo tenemos que desarrollar la valentía personal para
que no nos angustien los miedos ,que no nos limiten, sino una valentía moral que
nos indiquen que las cosas buenas hay que hacerlas y a las cosas malas hay que
criticarlas hay que intentar que no prosperen porque eso es perjudicial para
todos. Debemos aprender la valentía. Hablar de nuestros miedos desactiva el
miedo. Reirte del miedo.
Vivir en una sociedad acobardada es malo para todos.
José Antonio Marina autor de “Los miedos y el aprendizaje de
la valentía”.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: José Antonio Marina, miedo, valentía
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