Los lugares como la Bahía Lapataia, el Lago Roca en Ushuaia, donde termina la Panamericana, el FIN DEL MUNDO, son bellos en verano por lo verde y en invierno por la nieve, pero en otoño el color reina ahí. Cada especie se pone de un color distinto. La naturaleza nos brinda un espectáculo distinto pintando el mismo lugar según la estación.
Serrat canta su primavera. Para nosotros el otoño. Ambos traen alivio o de un intenso calor o de un frío castigador. Traen un cambio. Y me gustan los cambios.
Serrat cantaba en catalán por rebeldía. Siempre amó la libertad y los cambios.
Acá la traducción:
aquella mañana que con un vestido verde
entre unos trigales
él llegó.
Venía silbando, como un niño.
Tenía llenas de pájaros las manos
y cielo arriba
los iba esparciendo.
Lo rodeaban las abejas.
Llevaba un sombrero de amapolas
y en bandolera
me traía la primavera
el veinte de marzo.
Me hubiera gustado estar despierto
o haber dejado los balcones abiertos
y en mi sueño
intuir como...,
tejas y ramas se llenan de nidos
y la roca seca vuelve a mojarse en el río
y el grito agudo
de una perdiz.
Y del conejo la mirada
y oler la madrugada
que en bandolera
nos trajo la primavera
el veinte de marzo.
Me hubiera gustado estar despierto.
Tumbarse encima de una roca como una lagartija
panza al sol
y con un flautín,
y haber salido a recibirlo como es debido
y adornar con flores de papel los portales
como si fuera tiempo
de carnaval.
Pero aquella mañana yo dormía
tranquilo, porque no sabía
que en bandolera
me traía la primavera
el veinte de marzo.
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