Si lo hace para evitar que la gente vea sus debilidades, descubrirá que al no ver su humanidad, los demás no lo querrán por lo que es, sino por la máscara.
Si la usa para preservar sus amistades; cuando pierde a un amigo por haber sido auténtico, en realidad lo era de la máscara.
Si se pone una máscara para evitar ofender a alguien y ser diplomático; luego descubre que aquello que más ofende a las personas a las que no quiere intimidar, es la máscara. (esto es lo que nunca voy a entender. La diplomacia muchas veces es una hipocresía)
Si se pone una máscara, convencido de que es lo mejor que puede hacer para ser amado descubrirá la triste paradoja: lo que más desea lograr con sus máscaras, es precisamente lo que impide con ellas.
Parafraseando a GILBERT BRENSON
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