Es que un laberinto recuerda el caminar por la vida, es un sendero (o muchos?) donde la certeza se desvanece, y en sus idas y vueltas nos traslada a ese preciso instante donde debemos tomar una decisión.
24 ago 2017
Homenaje a Borges con laureles verdes, reales, vivos
24 de agosto de 1899 nace.
Jorge Luis Borges decía:
“al cabo de los años he observado que la belleza, como la felicidad, es
frecuente. No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso”
A pocos kilómetros de San Rafael (Mendoza), en Cuadro Bombal, se ubica
la Finca Los Álamos, un lugar soñado que acaricia lo místico. En ella se
encuentra un laberinto de dos hectáreas, hecho con arbustos, que visto desde el
aire forma, a modo de homenaje, el nombre de uno de los máximos intelectuales
argentinos: Jorge Luis Borges.
En octubre del 2003 4 amigos terminan de plantar el último
boxus. Una obra comienza a latir, deja el papel y se hace realidad. Vive,
respira.
Es el primer monumento en su tipo realizado para recordar al
genial escritor tal cual era su deseos:
“Quiero laureles verdes, reales, vivos, no esos de oro o
metal” (Roma, 1984).
En la forma de un “libro abierto al Universo”, contiene en
su interior simbología de su vida.
Recorrer la obra es respirar con él, es acompañarlo en su
camino.
Es que un laberinto recuerda el caminar por la vida, es un sendero (o muchos?) donde la certeza se desvanece, y en sus idas y vueltas nos traslada a ese preciso instante donde debemos tomar una decisión.
Es que un laberinto recuerda el caminar por la vida, es un sendero (o muchos?) donde la certeza se desvanece, y en sus idas y vueltas nos traslada a ese preciso instante donde debemos tomar una decisión.
Y no hay momento de mayor libertad que aquel en que debemos
optar por un camino, abandonando otro. Momentos de nuestra vida que en
definitiva nos definen tal cual somos (o seremos?).
Este Laberinto es producto de un sueño, de una carta y de
una amistad entre las tres elevadas almas de Randoll Coate, Susana Bombal y el
genial Georgie.
Hoy este sueño dejó el diseño y pasó a ser vida, camino y
verde, sólo gracias a Camilo Aldao (h) que siguió alquella voz suave pero llena
de enseñanzas de su adorada tía y mentora, Susana:
“Aquello en lo que crees firmemente es lo único que existe”
El texto lo extraje del cartel de Bienvenida al Laberinto de San Rafael.
En Venecia se encuentra uno similar, al que le dieron origen los mismos amigos:
Desde la Isla San Giorgio Maggiore (Venecia) se puede ver desde arriba.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: Jorge Luis Borges, laberinto, San Rafael, Venecia
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