24 sept 2017
Conociendo esas cosas de Rosario: Una historia de amor con honor.
El siglo XX encuentra a un Rosario con
un concepto del honor fuertemente arraigado al punto que debe
ser reparado a cualquier costo.
De ello da cuenta
un real escándalo social, que ascendería a la crónica policial, que conmocionó
a una ciudad ya que involucraba a familias de “figuración” relevante.
El 13 de
enero de 1905, El Municipio, un diario para quien el encumbramiento social de
los actores del hecho no era razón para silenciar la historia, publica una
extensa crónica de la misma.
Pero antes de entrar en tema lo introduce con reflexiones como:
"El erróneo o exacto concepto del honor, y las exigencias rudas y crueles de la preocupación social, muchas veces justa, no siempre reflexiva y moderada, son causas inevitables, en la mayor parte de las ocasiones, de profundos agrietamientos en la fraternidad de los espíritus".
María Esilda, joven perteneciente a una de las
familias más reconocidas de la sociedad del Rosario del 900, estaba
comprometida formalmente para un enlace próximo con el joven profesional
Carlos, de 25 años. La ruptura al parecer
extemporánea y unilateral del compromiso por parte de éste, hizo que la muchacha
se considerara ofendida y desairada e intentara suicidarse disparándose un tiro
en el pecho, pero salva su vida tras una intervención quirúrgica. A partir de
ahí su familia sale en búsqueda de una reparación . Su hermano Eduardo, un
distinguido oficial de la Marina de Guerra reta a duelo a Carlos a pesar de
haber estado hermanados por una fuerte amistad. Esto daría lugar a una historia
aparte porque suceden hechos de lo más pintorescos (Eduardo nombra padrinos,
Carlos dilata el tema de diferentes maneras diciendo no ver dónde está la
ofensa). Hasta que se enfrentan y Eduardo dispara sin dar en el blanco y Carlos
se mantiene en posición de guardia con el arma levantada. Así dan por terminado
el frustrado lance. Días después siguen los ánimos caldeados y otros 2 hermanos
de María Esilda se encuentran con Carlos y su madre en la Estación de trenes
Central Argentino donde comienza un tiroteo entre ellos que asombra por las
características violentas del mismo, por la escenografía e incluso por su carácter
público, pese a la condición social de sus protagonistas y a los honores en
pugna, y por las víctimas inocentes. El tiroteo terminó al caer Carlos bañado
en sangre. Dejando el saldo de varios heridos graves entre los simples
pasajeros que se encontraban en la estación. Aquel drama pasional y familiar
lejano tuvo un final tan inesperado como insólito, si nos atenemos a un
ejemplar de la revista La Idea, en la que se publica, unos años después,
una de las tantas fotografías familiares grupales a las que eran afectas tanto
la revista como la sociedad rosarina. En el extremo izquierdo de la fila
inferior, aparece María Esilda con el apellido de casada, el mismo que
correspondía a su esposo Carlos (sic). Son apellidos conocidos de nuestra ciudad (Colombres y Piattini López) .
Esta historia real se puede encontrar en el libro: Rosario,
del 900 a la “década infame” de Rafael Oscar Ielpi
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: honor rosarino
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