Joan Manuel Serrat se cría en España cuando los años
50, tiempos de guerra. Y dice:
"A mí me criaron no olvidando, me criaron con la memoria. que es una buena
herramienta para poder abrir la puerta del futuro, y yo recomendaría no perder
nunca la memoria, porque perder la memoria puede llevarnos a todos a repetir
los errores del pasado, del pasado muy reciente.
No creo en el odio, en el rencor, porque el rencor es mal compañero del camino
y el rencor te hace ver rencores hasta en el café. Es mala compañía.
Pero creo que también es mala compañía el olvido".
Este personaje nunca nos representó. No dice nunca la verdad. No pensó nunca en la provincia de Santa Fe a la que pertenecía, zona eminentemente rural y levantó su mano para perjudicarnos sin dudarlo.
Meses antes, en el mismo año 2008 fui testigo de la forma que intentó mentir con respecto a algo de lo que Marta Morist, con su fuerza, su dolor y su dignidad reclamaba: salvar las vidas que a diario se perdían en la Avenida de Circunvalación.
Y vino con esta mentira:
En el
2008 vino a calmar las aguas, prometiendo la solución a los dos años de su promesa. Se puede terminar recién a fines de este año:
2017.
Desde el Ministerio de Defensa frente al problema de la
droga, después de la década ganada
por el imperialismo de la droga, para defender la soberanía se tenía que
terminar con las pistas de aterrizaje "clandestinas". Se tenía que
radarizar nuestro aire y controlar las fronteras de la Provincia. Rossi nos dejó
librados a nuestra suerte.
Sin rencor, pero con memoria.
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