31 may 2018

A veces la vida me envía recuerdos en imágenes.


Es cierto. Estás haciendo algo y de golpe  te aparece una imagen fotográfica de un sitio, de un momento, de una sensación, de un estado de ánimo.

Ricardo Piglia en una conferencia en el Círculo de Bellas Artes de Madrid,  habló de esos recuerdos en imágenes. Cita a un autor alemán que dice: a veces la infancia me envía postales del pasado y que han quedado fijas ahí-
Y cuenta:
Mi primer recuerdo es la imagen de mi abuelo Emilio sentado en un sillón de cuero, aislado, ausente, con un libro en la mano; parecía dormido con los ojos abiertos. Yo estoy parado ahí, en la zona más secreta de la casa, sin saber qué hacer. Tengo 4 años.
(...)
Esa tarde, sin que nadie me vea, me trepo a una silla, y bajo de una de las estanterías de la biblioteca un libro azul, después salgo a la calle, y me siento en el umbral con el libro abierto sobre las rodillas.
(...)
Yo estaba ahí, como si leyera, cuando de pronto una larga sombra se inclinó sobre mí y me susurró que tenía el libro al revés. Pienso que debe haber sido Borges, que solía pasar los veranos en el hotel Las Delicias de Adrogué, porque a quién, sino a él, se le puede ocurrir hacerle esa maliciosa advertencia a un chico de 4 años, que no sabe leer”.
La ausencia total de literatura en mi infancia fue lo que hizo de mí el escritor que soy. Sin embargo, una biblioteca, y el acto de leer es el primer recuerdo de mi vida”.


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