Necesitamos lograr la independencia económica y energética. De acá a la China.
Hablando de cómo podemos hacer para salir de la dependencia. no sufrir el hambre y la marginalidad.
- independencia alimentaria
-auto abastecimiento energético.
Pero no como país, sino como grupos humanos.
Em el 2001 fruto de la crisis se vio un atisbo de trabajo cooperativo, los que sabían trabajaban ad honorem para asesorar y organizar a la comunidad para lograr sus sustentos. Esa solidaridad quedó en la nada después que llego el derrame de lo ajeno.
Si lo básico es el alimento y el techo, se puede hacer lo que ya están haciendo en otros países y en algunas cooperativas en nuestro país:
En esa época, la falta de trabajo era un tema de tapas de diarios y una realidad que afectaba a muchas familias argentinas. “No le puedo dar de comer a mis hijos”. “Hablé con unos compañeros y les dije, tenemos que hacer algo, no lo podemos dejar así. Nos sentamos en una mateada y nos preguntamos, ¿Qué tenemos? Y era esto, un pedacito de tierra. Bueno empecemos acá, dijimos, y así arrancamos.” Y así un conjunto de ciudadanos (unas 15 familias)labrando la tierra cambiaron su historia. Comenzaron produciendo alimentos que sembraban, cuidaban, cosechaban y repartían para que cada uno alimentara a los suyos. “Empezamos con una huerta comunitaria, gallinas para obtener huevos y conejos, para carne. Después empezamos la parte de chacra, con semillas, zapallos, y las forrajeras", agrega Alicia con una sonrisa tranquila. “La primera producción colectiva fue de alfalfa y duró seis años a pleno, con muy buenos rendimientos.
Se fueron sumando otros productores, que producían, no para el auto abastecimiento, sino para la comercialización y así surgió la cooperativa por la necesidad de tener una factura para poder vender. Es que, según ellos, había mucha producción que se podía vender, y gente que venía asesorándolos ad honorem a la que había que empezar a pagarle. Finalmente, la Cooperativa nació en el 2004 con 44 socios.
“Una de las cosas que siempre vimos como muy grave es la pérdida de la cultura trabajo y la pérdida de la cultura productiva..” Bajo esa premisa, el grupo se acercó a la escuela Nro. 14 de Cañuelas, la típica escuela rural que recibe a los expulsados. Dictaron un primer taller de herramientas para huerta porque los chicos decían que no la hacían porque no tenían con qué. Reciclaron madera, hierros viejos y arrancaron una primera experiencia tan exitosa que al año siguiente se amplió a talleres de huerta, aves, cunicultura, frutales, lombricultura, uno de nutrición y uno de tecnologías apropiadas, donde se enseñó a hacer las jaulas y los gallineros para tener las producciones en sus casas.
Los talleres para chicos mutaron a talleres para grandes y cinco cursos móviles, más el proyecto de armar un Bachillerato para adultos en Agroecología.
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