Y la vejez, ese tiempo en que la gente tiene el derecho de vivir esa dulce inutilidad. Porque, por más que la gente se convierta en un viejito elegante, ¿no? ... Hay unos ahí ... Muy inteligentes ... Aquel amigo suyo, ¿no? Que no acepta que envejeció ... ¡Tiene ese tipito! Por más que no lo acepte. Por más que sea un viejito animado, elegante. no tiene cómo huir de eso. más temprano o más tarde en la vida, tenemos que experimentar ese territorio desconsiderante de la inutilidad. Sé que la palabra es pesada, pero ese es el movimiento natural de la vida.
3 abr 2019
En el tiempo de la inutilidad...
Mi gente, yo siempre tuve un cariño muy especial por los viejos. Lo
saben, ¿verdad? Recuerdo que
cuando yo era niño, me quedaba
encantado, viendo allí en Formiga - en la ciudad que nací; a los
viejos que estaban en la plaza jugando a las cartas, conversando
mucho ... Me quedaba mirando y pensando: mi Dios del cielo, cuando yo
crezca quiere ser jubilado. ¡Es verdad! Creo que el primer proyecto
que tuve en la vida fue ser jubilado. La vejez nos trae derechos
maravillosos, ¿verdad? Quedo pensando que la juventud está llena de
obligaciones.
La semana pasada, yo estaba pensando ... es difícil
ser joven y tener el derecho de cansarse, no? El viejo no. Él puede
quedar cansado la hora que quiera, puede acostarse a la hora que
desee, puede dormir la hora que desee; lo máximo que va a tener es
alguien golpeando en su espalda de : "no, no se quede así, no ..
Mamá estás vieja" ...
Tenemos una agenda tan pesada que muchas veces no tenemos ni el derecho de enfermar, ¿no?.
Y la vejez, ese tiempo en que la gente tiene el derecho de vivir esa dulce inutilidad. Porque, por más que la gente se convierta en un viejito elegante, ¿no? ... Hay unos ahí ... Muy inteligentes ... Aquel amigo suyo, ¿no? Que no acepta que envejeció ... ¡Tiene ese tipito! Por más que no lo acepte. Por más que sea un viejito animado, elegante. no tiene cómo huir de eso. más temprano o más tarde en la vida, tenemos que experimentar ese territorio desconsiderante de la inutilidad. Sé que la palabra es pesada, pero ese es el movimiento natural de la vida.
Y la vejez, ese tiempo en que la gente tiene el derecho de vivir esa dulce inutilidad. Porque, por más que la gente se convierta en un viejito elegante, ¿no? ... Hay unos ahí ... Muy inteligentes ... Aquel amigo suyo, ¿no? Que no acepta que envejeció ... ¡Tiene ese tipito! Por más que no lo acepte. Por más que sea un viejito animado, elegante. no tiene cómo huir de eso. más temprano o más tarde en la vida, tenemos que experimentar ese territorio desconsiderante de la inutilidad. Sé que la palabra es pesada, pero ese es el movimiento natural de la vida.
Perder la juventud de alguna manera, es también perder su utilidad. Es consecuencia natural de la edad que
llega. Cuando vamos perdiendo las habilidades y las destrezas de
la juventud, experimentamos esa inutilidad que la vejez proporciona.
Pero
mirar por el lado bueno, porque la gente tiene que ser optimista; la
utilidad es una cosa muy agotadora. Cuando tiene utilidad para alguien
es una cosa muy agotadora. No, no. Humanamente hablando es
interesante saber cómo hacer las cosas, pero creo que la utilidad es
un territorio muy peligroso, porque muchas veces creemos que al otro
le gustamos, pero no. Él está interesado en lo que hacemos por él.
Y es por eso que la vejez es ese tiempo en el que termina la utilidad y ahí
queda sólo su significado como persona. Creo que es un momento que
nos purifica, ¿no? Es el momento en que vamos a tener la
oportunidad de saber quién nos ama de verdad. Porque sólo nos ama, sólo va a quedar hasta el final, aquel que después de nuestra
utilidad, descubra nuestro significado.
Por eso yo siempre pido a
Dios, ¿sabes? Poder
envejecer al lado de las personas que me amen. Aquellas personas que
me puedan proporcionar la tranquilidad, no ?... De ser inútil, pero
al mismo tiempo, sin perder el valor. Cuando yo viva aquella fase en
la vida: pone al Padre Fábio en el sol ... Quita al Padre Fábio del
sol ... Ahí yo pido a Dios siempre la gracia de tener quien me ponga
al sol, pero sobre todo, a alguien que venga a sacarme después.
Alguien que sepa acoger mi inutilidad. Alguien que me mire así,
que sabe , que pueda saber que no sirvo para muchas cosas, pero que
sigo teniendo mi valor. ¿Por qué la vida es así, mi gente,
quédate, viste? Si quieres saber si el otro te ama de verdad, es
sólo identificar si él sería capaz de tolerar tu inutilidad.
¿Quieres saber si amas a alguien? pregunte a ti mismo: ¿quién en
esta vida puede quedar inútil para ti, sin que sientas el deseo
de arrojarlo fuera? Es así como descubrimos el significado del amor.
Sólo el amor nos da condiciones de cuidar del otro hasta el fin.
Por
eso digo: feliz de aquel que llega al final de la vida, y tiene la gracia de ser
mirado en los ojos y oír que dice: "tú no sirves para
nada, pero yo no sé vivir sin ti".
P. Fábio de Mello
Toda una utopía!!!. Todos pasaremos por ese tiempo.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: amor, ancianidad, inutilidad, Padre Fábio de Mello, vejez
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