19 may 2019
Los inmorales nos han igualado...
Que siempre ha habido chorros,
maquiavelos
y estafaos,
contentos
y amargaos,
barones
y dublés.
Pero
que el siglo veintiuno
es
un despliegue de maldá insolente,
ya
no hay quien lo niegue.
Vivimos
revolcaos en un merengue
y
en el mismo lodo todos manoseados.
Hoy
resulta que es lo mismo
ser
derecho que traidor,
ignorante,
sabio o chorro,
generoso
o estafador…
¡Todo
es igual! ¡Nada es mejor!
Lo
mismo un burro que un gran profesor. (...)
¡Qué
falta de respeto, qué atropello a la razón!;
Cualquiera
es un señor, cualquiera es un ladrón...
Siglo
veintiuno, cambalache problemático y febril.
..
El que no llora no mama y el que no afana es un gil.
¡Dale,
nomás...! ¡Dale, que va...!
¡Que
allá en el Horno nos vamo a encontrar...!
No
pienses más; sentate a un lao,
que a nadie importa si naciste honrao…
Es
lo mismo el que labura
noche
y día como un buey,
que
el que vive de los otros,
que
el que mata, que el que cura, o está fuera de la ley...
Y SE AGRAVA LA CUESTIÓN, DISCÉPOLO. Ahora son insuperables.
Veintiuno no rima pero pega a los argentinos.
Publicadas por Stella Maris Coniglio a la/s 12:00 a.m.
Etiquetas: Cambalache, Discépolo
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